- Cariño, ahora que tenemos una casa propia...
- Además, quien sabe cuanto tiempo estaré aquí...
- No digas eso...
- Bueno, estaba pensando que finalmente podríamos tener algunos niños.
- Estaba esperando que me lo pidieras.
- Id mis hijos! Luchad mis batallas! Recordad, no podéis morir!
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